Susana Sánchez Segura
En tiempos donde la palabra “emprendimiento” se usa casi como sinónimo de independencia económica, conviene recordar que no basta con tener una buena idea: lo que distingue a un buen emprendedor es la capacidad de transformar esa chispa en un proyecto sólido, rentable y con impacto social.
Más que ideas, generalmente se necesitan bases sólidas, Adriana Gallardo, empresaria, conferencista y fundadora de Adriana’s Insurance, considerada una de las latinas más influyentes en Estados Unidos, ha hecho de la capacitación y la motivación su bandera.
Sus talleres no son discursos inspiracionales vacíos, sino espacios prácticos donde se aprende a vender, negociar, liderar y, sobre todo, a pensar en grande. Ella misma es ejemplo de que se puede comenzar desde cero y construir un imperio a base de disciplina, visión y constancia.
Su mayor aporte no se mide en cifras, sino en mentalidad, pues el éxito es un movimiento colectivo, esto, al compartir su historia y abrir caminos de networking entre emprendedores.
Siembra la idea de que el éxito no es individual, sino colectivo. Cada negocio que florece gracias a estas herramientas es también un aporte al desarrollo económico y social de México y Latinoamérica. En ese sentido, ser un buen emprendedor no es solo una meta personal, es sin duda, un compromiso con la comunidad.
Su narrativa motivacional percibe que un buen emprendedor no nace, se forma con disciplina y visión; se atreve a romper los límites que uno mismo se impone. Que las ideas valen poco si no se convierten en proyectos sostenibles. Porque el éxito no es individual, florece cuando se comparte en comunidad. Adriana Gallardo asegura que la motivación abre la puerta, pero la constancia construye el camino.